Wednesday, April 24, 2013

El bien siempre reinará sobre el mal


Indiscutiblemente, la tragedia del Maratón de Boston marcó nuestras vidas para siempre. El 15 de abril de 2013 representa un antes y un después para aquellos implicados directa o indirectamente en los hechos cometidos en esta nefasta fecha. Sin embargo, este día también nos demostró la grandeza del ser humano.

Durante el caos de las explosiones, fuimos testigos en carne propia, y/o a través de fotos y videos de la valentía, voluntad y corazón de individuos que, sin pensarlo dos veces, arriesgaron su vida para salvar la de personas totalmente desconocidas.

Uno de estos “ángeles” o “héroes” o como quiera llamarles, fue Carlos Arredondo de origen costarricense, quien estaba presenciando la carrera para darle ánimo al grupo de atletas que corrían por los soldados caídos en Irak y los que lo hacían para prevenir el suicidio (razones por las cuales perdió a sus dos hijos). Carlos, vocero y activista por la paz, sin ningún tipo de entrenamiento médico, se adentró entre escombros y gritos de miedo para ayudar a un joven que había perdido ambas piernas tras la explosión, a quien logró salvarle la vida al aplicarle un torniquete y trasladarlo a una ambulancia.

A su vez, como Carlos, hubo una innumerable cantidad de personas que demostraron tener un inmenso corazón, colaborando con donaciones económicas, siendo voluntarios en centros de ayuda y compartiendo su techo con desconocidos que no tenían donde pasar la noche.

Después de todo, la verdad la dijo el pelotero dominicano de los Medias Rojas, David Ortiz, durante el primer juego en el Fenway Park tras la tragedia y captura de los malhechores, señalando con orgullo y sentimiento “esta es nuestra ciudad… nadie va a dictar nuestra libertad. ¡Manténganse fuertes!”

- Y gracias por no fumar!

Costarricense Carlos Arredondo. Foto obtenida de google.com


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